Se establece una conexión urbano-personal, que consiste en la percepción del espacio transitado a través de los estados de ánimo del individuo que se transmiten al mismo a partir de las redes sociales. Por lo que estas sensaciones reales son transformadas y tratadas virtualmente para mostrar aquello que realmente necesitamos en cada momento. Se transforma la ciudad rígida y estática en un ente cambiante capaz de adaptarse a las personas y a los programas personalizados para cada usuario. De esta manera no desaparecen físicamente los elementos que la conforman, sino que se hacen visibles de diferente manera para que el individuo sea capaz de reconocerla, por lo que se crea una herramienta capaz de cambiar el espacio y ordenarlo de forma diferente a la actual y al mismo tiempo de cambiar los recorridos básicos de las personas, pudiendo enseñarles nuevos matices de la ciudad a los usuarios, que no sabían que existían ni que necesitaban.
Por tanto se establece una codificación del espacio transitado y de las sensaciones los cuales se pretenden fundirlos en uno.
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